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"Señor Dios de la vida y de la esperanza…" escribió Eduardo Verástegui en un post solemne, acompañado de una selfie panorámica tomada, al parecer, desde el techo de uno de los edificios laterales de la Plaza San Pedro durante los funerales del papa Francisco. La foto, con su ángulo elevado y Roma de fondo, parecía más propia de un turista espiritual que de un doliente. "Confiamos a tu infinita misericordia el alma de tu vicario", continuaba el mensaje, entre plegarias y améns. Pero, ¿realmente el momento más sagrado de la Iglesia católica moderna requería un shot para X?
Señor Dios de la vida y de la esperanza,
— Eduardo Verástegui (@EVerastegui) April 26, 2025
hoy nos reunimos en espíritu de oración en el funeral del Papa Francisco.
Confiamos a tu infinita misericordia el alma de tu vicario.
Recíbelo ahora en tu Reino eterno.
Que María, Madre de la Iglesia,
lo acompañe en su encuentro contigo.… pic.twitter.com/IFaZCBjEeD
El contraste era inevitable: abajo, miles de fieles comenzaban a congregarse en silencio; arriba, Verástegui, con esa mirada de "aquí estoy yo, en el lugar correcto, en el momento correcto". No es la primera vez que su activismo conservador y su manejo de redes sociales chocan con el sentido común. Hace un año, en medio de una investigación por financiamiento extranjero ilegal, posteó: " Uno de los fines de estas agendas perversas es la destrucción de la cultura occidental, eso incluye al cristianismo, la base sobre la cual está fundada nuestra cultura ". Hoy, mientras el mundo lloraba al papa progresista que abrazó a los pobres y criticó el capitalismo salvaje, él aprovechaba para subir su #blessed desde las alturas. ¿Piedad o “personal branding”?
De la Fama al Fundamentalismo
Verástegui no siempre fue el cruzado de la derecha continental. Hubo un tiempo en que su mayor pecado era protagonizar Chasing Papi (Un amante para tres), una comedia romántica tan mala que hasta los críticos más piadosos la consideraron un castigo divino. Según él," el remordimiento lo llevó al confesionario, luego a grupos de oración y, finalmente, a producir Bella (2006), una película pro-vida que se convirtió en el santo grial del cine católico. Pero la realidad —esa incómoda compañera de piso que siempre deja los platos sucios— sugiere que hubo más en esa conversión inesperada.
Verástegui, en sus años de latin lover, no solo interpretaba roles de macho desenfrenado: vivía como uno. Circulan rumores nunca confirmados (pero nunca negados con vigor) sobre su vida en el clóset, fiestas privadas, y un estilo de vida que chocaba frontalmente con el discurso de pureza que ahora pregona. ¿Qué pasó realmente? ¿Un pacto de redención personal? ¿O un rebranding estratégico al descubrir que el mercado del conservadurismo católico era más rentable que el de las telenovelas olvidables?
El problema no es que un actor cambie de carrera. El problema es cuando usa su carisma para vender una agenda política con fondos opacos. Entre 2022 y 2024, su asociación recibió 18 millones de pesos en donativos. Parte de ese dinero financió eventos como la CPAC México, donde se habló de "la agenda gay" y se invitó a Steve Bannon. ¿Generoso? Sí. ¿Transparente? El INE sigue buscando respuestas.
El Saludo que Todo el Mundo Vio (Pero que Sus Fans Ignoraron)
En febrero de 2025, en la CPAC de EE.UU., Verástegui levantó el brazo en un gesto que se parecía mucho al de aquel famoso pintor frustrado austriaco, el que comienza con H y termina con R. "Fue un saludo a la bandera", defendió después. "La izquierda inventa fake news". Pero el video no miente: el brazo extendido, la palma rígida, la mirada fervorosa. Si caminara como pato y graznara, no haría falta llamarlo pato.
#SegúnNacho | ¿Acaso hicieron un saludo nazi?
— Nacho Lozano (@nacholozano) February 22, 2025
El actor mexicano y ex aspirante presidencial, Eduardo Verástegui, y el ex colaborador de Trump, Steve Bannon, levantaron polémica por la manera de saludar durante sus discursos en una convención ultraderechista en #Washington: pic.twitter.com/cRov25tmiM
Sus defensores dicen que es víctima de cancelación. Sus críticos, que es un lobo con sonrisa de cordero. ¿La verdad? Verástegui es el síntoma de una era en la que la fe se mezcla con el dinero sucio, los eslóganes reemplazan al debate y un actor de telenovelas puede reinventarse como profeta de la derecha si encuentra los patrocinadores correctos.
¿Quién Financia la Moral?
Al final, el misterio no es Verástegui, sino nosotros: ¿por qué le creemos más a un hombre con buen corte de cabello que a los documentos del INE? ¿Por qué normalizamos que la "lucha por los valores" se pague con dinero de dudosa procedencia? Hay algo casi evangélico en su historia: el pecador redimido, el mensajero divino, los enemigos que lo persiguen. Pero si hay un milagro aquí, es que nadie haya preguntado en voz alta: "¿De verdad Dios necesita una empresa turbia en Miami —de esas que hasta el Chapo hubiera usado para hacer su trabajo?"
Mientras tanto, Verástegui sigue predicando, el INE sigue investigando, y en algún lugar de América Latina, un político sonríe para la foto con él, sin preguntar de dónde sale el dinero. Al fin y al cabo, la fe mueve montañas… pero el efectivo mueve elecciones.